Esta colección es un homenaje a mi madre, a esa mujer silenciosa, capaz de hacer cosas increíbles pero siempre desde el anonimato, como todas esas mujeres que han sido el eje silencioso de una familia. 

El cuaderno de mi madre es una colección que nace de un recuerdo de su mano, de su calma, de su manera de ver belleza en lo sencillo y de enseñarme a verlo yo también. Nace también de mis ganas de llevarla conmigo, cada día, en forma de algo pequeño… pero eterno

Hace muchos años, siendo yo una niña, una tarde lluviosa de verano, aburrida y revolviendo cajones  en casa de mi abuela , encontré un cuaderno que era de mi madre. Era antiguo para mi forma de ver y tenía el papel amarillento... olía a tiempo y a memoria: un tesoro. Al abrirlo, me encontré con dibujos de rosas hechos con plumilla y tinta china. Eran perfectos, algunos parecían inacabados pero se veían trabajados, como si cada trazo hubiera salido de un pensamiento bonito o de una tarde tranquila y sobre todo, de un gran interés en reflejar una realidad, de copiarla de forma exacta.

Me quedé un buen rato hojeándolo, tocando con cuidado cada página como si pudiera verla siendo niña a través de aquel cuaderno y tratando cada página como si fuera una joya. No podía creer que mi madre, esa que siempre estaba haciendo silenciosamente mil cosas, hubiera hecho algo tan perfecto y maravilloso.

Con estas piezas he querido reflejar aquella magia, aquella delicadeza y esmero en los detalles, la paciencia y el mimo.